miércoles, 10 de julio de 2013



Comenzamos este jueves de julio con unas fotos de estos cupcakes de Winnie the Pooh y sus amigos para el cumpleaños de un pequeño de dos años. 


Y para los más curiosos aquí va un poquito de historia para saber de donde procede este personaje tan querido por los niños, a continuación exponemos el origen de Winnie the Pooh:


Escultura de los personajes de la serie en Estados Unidos.

El 24 de agosto de 1914, un tren que transportaba tropas con destino a Inglaterra desde Winnipeg (ManitobaCanadá) se detuvo en el pequeño pueblo de White River (Ontario). El teniente veterinario H. Colebourn (1887-1947) encontró allí a un trampero con una cría de oso negro. El cazador había matado a su madre y Colebourn le compró el cachorro por 20 dólares. La llamó Winnie por su ciudad adoptiva, Winnipeg, ya que él era británico de nacimiento. El cachorro se convirtió en mascota de la brigada 34ª Fort Garry Horse, a la que pertenecía el militar.
A su paso por Inglaterra, Colebourn prefirió dejar a Winnie, que resultó ser una hembra, en el Zoo de Londres1 para que la cuidaran mientras él continuaba camino del frente. Aunque otros cinco osos más fueron dejados por tropas canadienses, Winnie se convirtió pronto en la favorita del público.
Al acabar la guerra en 1918, Colebourn se pasó por el Zoo a recoger su oso pero, tras ver cómo la gente la apreciaba por su docilidad, decidió dejarla allí. Volvería en varias ocasiones a visitarla hasta que la osa murió finalmente el 12 de mayo de 1934. El capitán Colebourn continuó en Canadá su carrera como veterinario hasta su muerte en 1947.
Por iniciativa del hijo del militar, en 1992 se descubrió en el Assiniboine Park Zoo de Winnipeg una estatua representando a Coleburn de pie cogiendo de las patas al cachorro. En 1995 un grupo de oficiales de la 34ª Fort Garry Horse llevó al Zoo de Londres una copia donada por el gobierno de Manitoba.
Un niño, llamado Christopher Robin Milne, acompañó a unos vecinos, cuando tenía cinco años, en su visita al Zoo y allí conoció a Winnie, de la que se hizo amigo hasta el punto de que los cuidadores le dejaban pasar dentro del recinto para jugar con ella. Se da la circunstancia de que a la osa no le gustaba la miel como al personaje sino la leche condensada. Aquella primera visita inspiró a su padre, el escritor Alan A. Milne, un poema.

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